Consecuencias negativas de no legalizar tu comunidad de propietarios: ¿Por qué deberías hacerlo cuanto antes?
En España, la mayoría de los edificios donde vivimos están compuestos por varias viviendas y locales comerciales que comparten diferentes elementos, como el ascensor, la fachada o la instalación eléctrica. Para poder organizar la convivencia y el mantenimiento de estos bienes comunes, es necesario crear una comunidad de propietarios.
Sin embargo, no todas las comunidades de propietarios están legalizadas o constituidas formalmente ante las autoridades competentes, lo que puede conllevar importantes problemas y consecuencias para sus miembros. En este artículo explicaremos cuáles son algunas de estas consecuencias.
La falta de personalidad jurídica
La legalización de la comunidad de propietarios implica la creación de una persona jurídica propia, que puede actuar como entidad legal y representar a todas las personas que forman parte de ella. Si la comunidad no está legalizada, carece de esta personalidad jurídica, y por tanto, no puede actuar como entidad independiente en el tráfico jurídico.
Esto significa que, por ejemplo, será muy difícil abrir una cuenta bancaria a nombre de la comunidad, solicitar subvenciones públicas o contratar servicios de forma conjunta y eficiente. Además, en caso de discrepancias o deudas pendientes, será necesario actuar de forma individual para cada uno de los propietarios, lo que puede ser mucho más engorroso y costoso.
Problemas con las responsabilidades fiscales y tributarias
Otra de las consecuencias de no legalizar la comunidad de propietarios es que, al no tener personalidad jurídica, todas las obligaciones fiscales y tributarias recaen directamente en los propietarios, y no en la comunidad como tal. Esto puede incluir el Impuesto de Bienes Inmuebles, el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas de los propietarios, el Impuesto sobre el Valor Añadido de los servicios contratados para el mantenimiento, etc.
Esto puede generar confusión o problemas a la hora de llevar la contabilidad y la documentación en regla, y supone una mayor carga fiscal para cada uno de los propietarios de forma individual.
Más dificultades para hacer frente a los gastos comunes
Al no tener personalidad jurídica, la comunidad de propietarios no puede tener una cuenta bancaria propia, lo que puede dificultar enormemente la gestión de los gastos comunes, sobre todo cuando estos son elevados o imprevistos. En muchos casos, los propietarios tendrán que hacer frente a estos costes de forma individual, sin poder repartirlos ni gestionarlos de forma rápida y efectiva.
Riesgo de multas y sanciones administrativas
Por último, debemos destacar que la falta de legalización de la comunidad de propietarios puede conllevar importantes riesgos en cuanto a sanciones administrativas se refiere. Si, por ejemplo, la comunidad no lleva correctamente su documentación o incumple sus obligaciones fiscales o de seguridad, podrá ser sancionada y obligada a hacer frente a multas y recargos que podrían ser elevados.
Además, en caso de que un propietario decida alquilar su vivienda, sin la legalización de la comunidad de propietarios, esto se convierte en ilegal, lo que también puede conllevar sanciones económicas importantes.
Conclusión
Como podemos ver, la legalización de la comunidad de propietarios es un paso fundamental para tener una convivencia correcta y eficiente en nuestra vivienda, así como para evitar problemas y consecuencias indeseadas. Si aún no has legalizado tu comunidad, te recomendamos que busques asesoramiento jurídico y hagas los trámites necesarios para regularizar la situación lo antes posible.