Descubre la verdad detrás de Bildu: ¿cuándo se legalizó y por qué no se prohibió?
La legalización de la coalición abertzale Bildu en 2011 generó una gran controversia en la sociedad española. ¿Por qué se permitió la entrada a las instituciones de una agrupación política con vínculos claros con el mundo de ETA? En este artículo vamos a analizar las causas que llevaron a la legalización de Bildu y por qué se decidió no prohibirla.
Antecedentes de Bildu
Para comprender el debate sobre la legalización de Bildu, es necesario remontarse a sus orígenes. Esta coalición surgió en 2011 tras la ilegalización de otras agrupaciones políticas vinculadas con ETA o su entorno, como Batasuna. La justificación para dichas ilegalizaciones fue el incumplimiento de la Ley de Partidos Políticos, que prohíbe la existencia de organizaciones que promuevan la violencia o el terrorismo.
Sin embargo, Batasuna y otros grupos ilegalizados no desaparecieron de la escena política. En su lugar, surgieron diversas coaliciones que agrupaban a sus afiliados, entre las que se encontraba Bildu. A diferencia de Batasuna, Bildu se presentaba como una agrupación política que rechazaba la violencia y apostaba por la vía pacífica para conseguir sus objetivos.
El motivo de la legalización
La legalización de Bildu fue posible gracias a una sentencia del Tribunal Constitucional, que avaló su presentación a las elecciones municipales y forales de mayo de 2011. Esta sentencia vino motivada por el recurso presentado por la propia Bildu, tras ser excluida de las elecciones por la Junta Electoral Central.
Los argumentos del Tribunal Constitucional para permitir la inclusión de Bildu en los comicios se basaron en la falta de pruebas concretas que demostraran la conexión de esta coalición con el mundo de ETA. Además, se valoró positivamente el hecho de que Bildu se presentara como una alternativa política y pacífica al independentismo violento.
Las críticas a la legalización
A pesar de la sentencia del Tribunal Constitucional, la legalización de Bildu generó muchas críticas por parte de la oposición política y de diversos sectores de la sociedad. Una de las principales críticas se centraba en la falta de contundencia del Gobierno a la hora de aplicar la Ley de Partidos Políticos. Según esta visión, Bildu formaba parte del entramado político de ETA y, por tanto, debería haber sido ilegalizada con el resto de agrupaciones similares.
Por otro lado, también se cuestionaba la credibilidad del discurso de Bildu. Algunos sectores políticos y sociales consideraban que la coalición seguía promoviendo la autonomía de Euskal Herria y la independencia de Navarra, objetivos que eran compartidos por ETA. Por tanto, Bildu no sería tan diferente de Batasuna, sino una simple reinvención de esta.
La postura de Bildu
Ante estas críticas, Bildu siempre ha mantenido una postura clara: rechaza la violencia y apuesta por la vía pacífica para conseguir sus objetivos políticos. Además, la coalición defiende que se trata de una agrupación política legal y que, por tanto, no puede ser comparada con organizaciones ilegalizadas como Batasuna.
Conclusiones
La legalización de Bildu fue un proceso polémico que generó muchas críticas en la sociedad española. A pesar de ello, el Tribunal Constitucional avaló su presentación a las elecciones y, desde entonces, la coalición ha mantenido una importante presencia en las instituciones del País Vasco y Navarra. El debate sobre la relación entre Bildu y el mundo de ETA sigue presente en la sociedad, pero lo cierto es que la legalización de esta agrupación política se ha convertido en un hecho irreversible.