Compulsar vs. Legalizar: ¿Cuál es la diferencia y cuándo necesitas hacerlo?” – Guía completa de Legalizaciones

Si alguna vez has necesitado certificar la veracidad de un documento en un proceso administrativo o legal, es probable que hayas oído hablar de la compulsa y la legalización. Aunque ambas se refieren a la autenticación de un documento, tienen diferencias significativas que pueden ser importantes en ciertos casos.

Compulsar documentos

La compulsa se refiere al proceso mediante el cual una persona verifica la autenticidad de una copia de un documento. Esto significa que la persona que realiza la compulsa compara la copia con el documento original para asegurarse de que es una copia fiel y exacta. Después de la verificación, la persona que realiza la compulsa sella y firma la copia, y añade una declaración en la que certifica que la copia es fiel al original.

La compulsa es un proceso relativamente sencillo y económico, en el que la persona que realiza la compulsa no certifica el contenido del documento, sino solamente la autenticidad de la copia. Por lo tanto, la compulsa se utiliza principalmente en casos en los que es necesario presentar una copia de un documento oficial, como el DNI, el pasaporte, el certificado de estudios, etc., y no se requiere una certificación del contenido.

Legalizar documentos

La legalización, por otra parte, es un proceso más complejo y costoso que implica la verificación del contenido de un documento, así como la autenticidad de las firmas y sellos que aparecen en él. La legalización se utiliza principalmente en casos en los que un documento debe ser utilizado en otro país, y es necesario que sea reconocido como válido por las autoridades de ese país.

En España, la legalización se realiza mediante un proceso que implica varios pasos. En primer lugar, el documento debe ser notarizado, es decir, certificado por un notario público. Después, el documento debe ser legalizado por el Colegio de Abogados, que verifica la autenticidad de la firma del notario. En tercer lugar, si el documento no es en español, debe ser traducido por un traductor jurado y la traducción debe ser notarizada y legalizada también. Finalmente, el documento debe ser legalizado por el Ministerio de Asuntos Exteriores, que verifica la autenticidad de todas las firmas y sellos.

¿Cuándo elegir la compulsa y cuándo la legalización?

La elección entre la compulsa y la legalización depende del caso concreto y de las necesidades del cliente. Si se trata de un documento que va a ser utilizado en España y no es necesario certificar el contenido, la compulsa es la opción más adecuada. Por ejemplo, si necesitas presentar una copia del DNI o del pasaporte en un proceso administrativo, la compulsa es suficiente.

Si, por el contrario, se trata de un documento que va a ser utilizado en un país extranjero, es necesario realizar la legalización para que sea reconocido por las autoridades de ese país. Esto suele ocurrir en casos como la solicitud de visados, la inscripción en universidades extranjeras, la compra o venta de propiedades en el extranjero, etc.

Conclusiones

En definitiva, la compulsa y la legalización son procesos diferentes que se utilizan para certificar la autenticidad de los documentos. La compulsa es un proceso sencillo y económico que se utiliza principalmente para certificar la autenticidad de las copias de documentos oficiales en España. Por otro lado, la legalización es un proceso más complejo y costoso que se utiliza para certificar el contenido de los documentos que van a ser utilizados en países extranjeros. En cualquier caso, es importante tener en cuenta las necesidades del cliente y las especificidades del caso concreto para elegir la opción más adecuada.

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