El giro de Donald Trump a favor de la legalización de la marihuana: ¿Qué implica para la industria y la economía?

Donald Trump cada vez está más a favor de la legalización de la marihuana en Estados Unidos. A pesar de haber sido un detractor de los usos medicinales y recreativos de la droga en el pasado, el expresidente está empezando a cambiar de opinión. ¿Será esto una teatralidad política de su parte? ¿O realmente cree que la legalización es la mejor opción para la sociedad?

Lo cierto es que Trump ha dejado entrever sus intenciones en varias ocasiones. En un mitin reciente en Colorado, uno de los estados donde la marihuana es legal, el expresidente dijo que no veía problema en que la droga se usara con fines terapéuticos. Además, según fuentes cercanas a Trump, ha mantenido conversaciones con líderes de la industria cannábica con el fin de estudiar sus beneficios y potenciales riesgos.

¿Es realmente Trump un defensor de la marihuana?

Puede que esto sorprenda a muchos, pero el apoyo de Trump a la legalización de la marihuana no es algo nuevo. En 1990, el magnate declaró en una entrevista con la revista Playboy que la única forma de acabar con el tráfico de drogas era legalizando su venta y controlando su distribución. Según sus palabras:

“Tenemos que legalizar la droga para que su venta no dependa de un mercado negro y violento. Y si eso significa empequeñecer a los traficantes de drogas, así sea. La única forma de detener la violencia relacionada con las drogas es legalizarlas y regular su distribución.”

No obstante, durante su mandato presidencial, Trump mantuvo una postura dura contra la marihuana. En 2018, el fiscal general Jeff Sessions revocó un memorándum emitido por el gobierno de Obama que desalentaba las acciones en contra de la industria del cannabis en los estados donde es legal. Trump, quien nombró a Sessions para el cargo, dijo en ese momento que estaba de acuerdo con esa medida.

¿Por qué ha cambiado de opinión ahora?

La respuesta puede estar en la economía. Según fuentes cercanas al expresidente, Trump ha hablado con empresarios del cannabis que le han explicado el potencial de la industria para crear empleo e ingresos fiscales. Lo cierto es que la legalización de la marihuana no es solo una tendencia en Estados Unidos, sino una realidad en muchos estados, que han visto un aumento en la recaudación de impuestos gracias a la venta de la droga.

Además, existe una creciente evidencia de que la marihuana tiene beneficios terapéuticos para diversos padecimientos, como el dolor crónico, la epilepsia y el insomnio. La legalización permitiría una mayor investigación y desarrollo de tratamientos a base de este cannabis medicinal, lo que podría mejorar la calidad de vida de miles de personas.

¿Cuáles son los potenciales riesgos?

Por supuesto, la legalización de la marihuana no está exenta de riesgos. El consumo a largo plazo de la droga puede tener efectos negativos en la salud física y mental, especialmente en el desarrollo cerebral de los jóvenes. Además, existe el riesgo de que la legalización pueda normalizar la droga y aumentar su consumo entre la población general.

Por tal motivo, una posible solución es regular la distribución de la droga de manera estricta, evitando que caiga en manos de menores de edad y asegurando su calidad y pureza. También es importante llevar a cabo campañas educativas para informar a la población sobre los riesgos y beneficios de la marihuana, y ofrecer ayuda a los consumidores que quieran dejar la droga.

Conclusión

Donald Trump a favor de la legalización de la marihuana. ¿Quién lo iba a decir? Sea cual sea la razón detrás de su cambio de postura, lo cierto es que la legalización de la droga podría tener beneficios significativos para la sociedad, siempre y cuando se lleve a cabo de manera responsable y regulada. Para ello, es importante que los líderes políticos y empresariales trabajen juntos para encontrar un modelo que funcione para todos.

Quizá en un futuro cercano, veamos una nueva era de la marihuana en Estados Unidos, donde esta droga sea vista como un medicamento terapéutico y no como un peligroso narcótico. Solo el tiempo dirá si Trump fue uno de los principales impulsores de este cambio social, pero no se puede negar que su postura es una señal de la creciente aceptación y normalización del cannabis en la opinión pública.

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