Guía completa para legalizar la electricidad de obra: Consejos y pasos a seguir

La construcción de obra nueva o de reformas en una vivienda requiere de ciertos servicios básicos para su correcta ejecución. Uno de estos servicios es la electricidad de obra, necesaria para alimentar las herramientas y maquinarias que se utilizan en la construcción. Pero, ¿qué sucede con esta electricidad una vez finalizada la obra? ¿Es necesario legalizarla? ¿Qué consecuencias puede tener no hacerlo?

¿Qué es la electricidad de obra?

La electricidad de obra es un suministro provisional que se contrata durante la fase de construcción o reforma de una vivienda o edificio. Su objetivo principal es el de satisfacer las necesidades energéticas en la obra, tales como el uso de maquinarias, herramientas eléctricas, iluminación, entre otros.

En la mayoría de los casos, este servicio se contrata de manera temporal y se encuentra limitado en capacidad, por lo que no es suficiente para cubrir las necesidades de una vivienda completa. Una vez concluida la obra, la electricidad de obra debe ser desconectada y, en caso de ser necesario, se debe proceder con la instalación de un nuevo suministro eléctrico permanente.

¿Es necesaria la legalización de la electricidad de obra?

La respuesta es sí, es necesaria la legalización de la electricidad de obra. Según el Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión, cualquier instalación eléctrica, ya sea temporal o permanente, debe ser realizada y supervisada por un instalador electricista autorizado.

De esta manera, se garantiza que la instalación cumpla con los requisitos técnicos y de seguridad necesarios para su correcto funcionamiento. Además, la legalización de la electricidad de obra es un requisito indispensable para poder contratar cualquier otro tipo de servicio eléctrico posterior, como puede ser la instalación de un suministro eléctrico permanente.

Consecuencias de no legalizar la electricidad de obra

No legalizar la electricidad de obra puede tener consecuencias negativas para el propietario de la vivienda o de la obra. En primer lugar, se puede poner en peligro la seguridad de las personas que se encuentren en el lugar, ya que una instalación eléctrica no legalizada no cumple con los requisitos de seguridad necesarios.

Además, la falta de legalización puede acarrear sanciones económicas por parte de la Administración Pública. En algunas comunidades autónomas, la falta de legalización de una instalación eléctrica puede ser considerada como una infracción leve o grave, dependiendo de la situación.

Otra consecuencia de no legalizar la electricidad de obra es la limitación en la contratación de otros servicios eléctricos. Como se ha mencionado anteriormente, es necesaria la legalización para poder contratar cualquier otro tipo de suministro eléctrico, por lo que no legalizar la electricidad de obra puede retrasar la finalización de la obra o la habitabilidad de la vivienda.

¿Cómo se legaliza la electricidad de obra?

El proceso de legalización de la electricidad de obra es bastante sencillo. En primer lugar, se debe contratar a un instalador electricista autorizado para que realice la instalación eléctrica provisional. Una vez finalizada la obra y la instalación eléctrica provisional, se debe solicitar la legalización de la misma a través de los organismos competentes.

En la mayoría de los casos, la legalización de la electricidad de obra se tramita a través de las empresas suministradoras de energía eléctrica. Estas empresas suelen disponer de un departamento específico encargado de la tramitación de este tipo de legalizaciones.

Coste de la legalización de la electricidad de obra

El coste de la legalización de la electricidad de obra depende de varios factores, como puede ser la empresa suministradora de energía eléctrica y el tipo de instalación eléctrica que se haya realizado. En general, el coste suele oscilar entre los 150 y los 300 euros.

Es cierto que este coste puede ser un inconveniente para algunos propietarios, pero hay que tener en cuenta que la legalización es un requisito obligatorio que debe ser cumplido. Además, la seguridad de las personas no tiene precio y es importante garantizarla en todo momento.

Conclusiones

La electricidad de obra es un servicio necesario durante la fase de construcción o reforma de una vivienda o edificio. Sin embargo, una vez finalizada la obra, es necesario proceder a la legalización de la instalación eléctrica provisional.

Esto garantiza que la instalación cumpla con los requisitos técnicos y de seguridad necesarios para su correcto funcionamiento, además de ser un requisito indispensable para poder contratar cualquier otro tipo de suministro eléctrico. No legalizar la electricidad de obra puede acarrear graves consecuencias económicas y poner en peligro la seguridad de las personas que se encuentren en el lugar.

Por lo tanto, se recomienda contratar a un instalador electricista autorizado para la realización de la instalación eléctrica provisional y, una vez finalizada la obra, proceder a la legalización de la misma a través de los organismos competentes.

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