Todo lo que debes saber sobre la instalación y legalización de un SAI en tu empresa: Guía completa

Los sistemas de alimentación ininterrumpida (SAI) son equipos esenciales para garantizar la continuidad en la alimentación de energía de los dispositivos electrónicos. En el contexto actual, en el que la tecnología es sinónimo de trabajo y desarrollo, no contar con un SAI puede resultar en pérdidas económicas y de información para las empresas y profesionales de los distintos sectores de actividad. Asimismo, la ley contempla la necesidad de su instalación y legalización, lo que implica el cumplimiento de ciertas normas técnicas y de seguridad.

Es por ello que, en este artículo, expondremos todo lo referente a la instalación y legalización de estos equipos, desde los aspectos normativos hasta los criterios de selección y mantenimiento.

Normativa en materia de SAI

En España, la normativa que regula la instalación y legalización de los SAI es la Instrucción Técnica Complementaria (ITC) BT 52 del Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión, que establece las condiciones mínimas que deben cumplir estos sistemas, para su correcta y segura integración en las instalaciones eléctricas.

Aspectos técnicos de la instalación del SAI

Para su correcta instalación, los SAI deben ser ubicados en un recinto seco y ventilado, lejos de fuentes de calor o de la exposición directa al sol. Asimismo, es necesario que las conexiones sean realizadas por un instalador electricista autorizado, evitando hacerlo uno mismo o con personal no capacitado, lo que podría comprometer no solo la integridad del equipo, sino también la seguridad de las personas.

Inspección e inscripción en el registro industrial

Una vez instalado el equipo, debe ser inspeccionado por un organismo de control autorizado por la Administración y, posteriormente, inscrito en el registro industrial de la comunidad autónoma correspondiente. Solo así se garantiza que el SAI cumple con los requisitos mínimos de seguridad y técnicos.

Criterios para la selección del SAI

La elección del SAI debe realizarse de forma cuidadosa, teniendo en cuenta las necesidades específicas de la empresa, el nivel de criticidad de los equipos que se protegerán y el presupuesto disponible.

Capacidad del SAI

La capacidad del SAI debe coincidir con la potencia necesaria para alimentar los equipos que se protegerán durante al menos 15 minutos en caso de interrupción del suministro eléctrico. Se puede calcular la potencia real mediante la suma de las potencias en VA o kVA de los dispositivos que se conectarán al SAI.

Tecnología del SAI

Existen distintos tipos de SAI: los off-line, los line-interactive, los on-line y los doble conversión. Cada uno de ellos tienen sus ventajas y desventajas en cuanto a eficiencia, tiempo de transferencia y calidad del suministro eléctrico. La elección de la tecnología dependerá de las necesidades específicas de la empresa o del profesional.

Mantenimiento del SAI

El mantenimiento del SAI es fundamental para asegurar su correcto funcionamiento y prolongar su vida útil. La empresa o el profesional debe encargarse de su mantenimiento preventivo y correctivo, según las especificaciones del fabricante.

Mantenimiento preventivo

El mantenimiento preventivo incluye la limpieza periódica del equipo, el chequeo de los niveles de líquido en las baterías, la revisión de los indicadores de carga, voltaje y temperatura, entre otros aspectos. Lo recomendable es que se realice al menos una vez al año.

Mantenimiento correctivo

El mantenimiento correctivo se realiza cuando el equipo presenta fallos o averías. En estos casos, es necesario contar con un servicio técnico especializado que brinde soluciones seguras y eficientes para restablecer el funcionamiento del SAI.

Conclusiones

La instalación y legalización de los SAI en la empresa o en el lugar de trabajo es una obligación legal, que busca garantizar la seguridad y la calidad del suministro eléctrico para proteger equipos y dispositivos valiosos tanto para el desarrollo empresarial como para el trabajo cotidiano. Para ello, es fundamental cumplir con la normativa vigente, seleccionar el SAI adecuado y garantizar su correcto mantenimiento.

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