Legalización de baja tensión 5-75kW: Todo lo que necesitas saber para cumplir con la normativa actual

En el sector eléctrico existen diversas normativas y leyes que regulan tanto la producción como el consumo de energía. En este artículo nos centraremos en la legalización de baja tensión (5-75KW), un tema que puede generar dudas y confusiones para muchas empresas y particulares que deseen realizar instalaciones eléctricas dentro de estos parámetros.

¿Qué se considera baja tensión según la normativa española?

Antes de profundizar en la legalización de baja tensión, es importante conocer qué se considera como tal según la normativa española. Según el Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión (REBT), se considera baja tensión a aquella cuya magnitud oscila entre 50 y 1000 voltios en corriente alterna (CA) y entre 120 y 1500 voltios en corriente continua (CC).

Es decir, cualquier instalación eléctrica que se encuentre dentro de estos valores se considera de baja tensión.

¿Por qué es importante la legalización de una instalación de baja tensión?

La legalización de una instalación eléctrica de baja tensión es fundamental para garantizar la seguridad de las personas que la utilizan y para dar cumplimiento a las normativas que regulan este sector en cuanto a la eficiencia energética y la protección del medio ambiente. Además, la legalización permite acreditar ante las autoridades competentes que la instalación cumple con los requisitos necesarios para su correcto funcionamiento.

¿Cómo se lleva a cabo la legalización de una instalación eléctrica de baja tensión?

El proceso de legalización de una instalación eléctrica de baja tensión debe realizarse siguiendo los siguientes pasos:

  1. Realizar el proyecto de la instalación eléctrica según las especificaciones del REBT.
  2. Solicitar la aprobación del proyecto a la empresa distribuidora de energía correspondiente.
  3. Realizar la instalación siguiendo el diseño previsto en el proyecto.
  4. Verificar que la instalación cumple con las especificaciones del REBT y, en caso contrario, realizar las modificaciones necesarias.
  5. Solicitar la inspección de la instalación a una entidad autorizada para su comprobación y verificar que cumple con lo estipulado en el proyecto y en la normativa.
  6. Obtener el certificado de instalación eléctrica (CIE) emitido por la entidad autorizada que acredita que la instalación cumple con los requisitos legales para su correcto funcionamiento.
  7. Registrar la instalación ante la empresa distribuidora de energía correspondiente.

¿Qué ventajas presenta la legalización de una instalación de baja tensión?

La legalización de una instalación eléctrica de baja tensión presenta diversas ventajas, entre las que podemos destacar:

  • Certificación de seguridad: Con la legalización de la instalación se garantiza que cumple con los requisitos necesarios para garantizar la seguridad de las personas que la utilizan.
  • Protección jurídica: Al obtener el certificado de instalación eléctrica (CIE) se acredita ante las autoridades competentes que la instalación cumple con las normas establecidas, lo que supone una protección jurídica para la empresa o particular que la haya realizado.
  • Ahorro energético: Al cumplir con la eficiencia energética requerida por la normativa, se puede conseguir un ahorro significativo en el consumo de energía, lo que se traduce en una reducción de costes a largo plazo.
  • Evitar sanciones económicas: Las empresas o particulares que no legalicen las instalaciones eléctricas pueden recibir sanciones económicas y administrativas.

¿Qué sucede si no se legaliza una instalación eléctrica de baja tensión?

La no legalización de una instalación eléctrica de baja tensión puede acarrear diversas consecuencias negativas para la empresa o para el particular que la haya llevado a cabo. Entre las principales destacamos:

  • Sanciones económicas: Las empresas o particulares que no legalicen sus instalaciones pueden ser objeto de sanciones económicas por parte de las autoridades competentes.
  • Pérdida de reputación: La no legalización de una instalación supone un incumplimiento en cuanto a la normativa, lo que puede afectar negativamente a la reputación de la empresa o particular.
  • Inseguridad: La no legalización de una instalación puede poner en peligro la seguridad de las personas que la utilizan ya que no se garantiza que cumpla con los requerimientos técnicos necesarios.

Conclusión

En conclusión, la legalización de una instalación eléctrica de baja tensión es un proceso fundamental para garantizar la seguridad de las personas y dar cumplimento a las normativas que regulan el sector eléctrico en cuanto a eficiencia energética y protección del medio ambiente. Una instalación legalizada supone una protección jurídica para la empresa o el particular que la haya realizado, además de evitar sanciones económicas y tener un ahorro energético significativo. Por tanto, es importante seguir los pasos necesarios para la legalización de una instalación eléctrica de baja tensión para evitar cualquier tipo de riesgo y sanción económica con el objetivo de garantizar la seguridad de las personas y una correcta gestión energética.

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